El Hombre consciente, el hombre que comienza a despertar su masculino divino, lo hace gracias a la integración y el despertar de su femenino divino, en este momento, la sensibilidad de lo femenino, va impregnando la dureza que ha sido adquirida por el hombre, era tras era, guerra tras guerra, creando esos enormes muros de protección y miedo.
Una intensa lucha comienza en el interior, a causa de todo este daño hecho a la energía masculina, perdida vida tras vida de inconsciencia y violencia.
Esta energía masculina dura y distorsionada, no quiere aceptar, la sensualidad y la suavidad de lo divino femenino, de la mujer. Cree que esto es debilidad, no puede aceptarlo como válido debido a tantos miles de años de lucha y fortalecimiento de sus facultades masculinas.
Después de largas jornadas de lucha, uno, se va haciendo consciente de que la mujer, es necesaria en su camino, es su mejor compañera, ella, le ayuda a ir derrotando y deshaciendo todos esos muros, esos miedos inconscientes, gracias a su amor y sensibilidad.
El hombre va abriendo su corazón y con ello, su enorme gratitud, a su nueva compañera, la cual siempre ha estado ahí, pero que no podía realmente ver, debido a tantos muros y dureza.
Ella le enseña a él de la suavidad, la sensibilidad, él le enseña a ella, la firmeza, la acción, el liderazgo.
Juntos nutriéndose e integrándose en sus divinos femeninos y masculinos, como hombre y como mujer, van ayudando a emerger una nueva conciencia en el mundo.
No pueden crecer uno sin el otro, no pueden ser uno sin el otro, son dos que siempre han sido uno, y vinieron del Uno. Esta es la maravilla de la naturaleza, de la vida, transformar dos en uno.
La mujer se convierte para él, en una compañera inestimable, una diosa, que junto al dios que él comienza a reconocer en su interior, comienzan a co-crear el cielo en la tierra.
Y así el plan divino para el cual el hombre y la mujer fueron creados por él Uno, empieza a renacer en sus corazones, uniendo lo divino y lo efímero, en un éxtasis y una danza eterna de complicidad, amor y alegría.
La nueva humanidad ya está aquí. Un nuevo hombre y una nueva mujer, está renaciendo sobre la tierra.
Lamat Luis